Una Agradable Sorpresa

Mi cerebro explotó. Tenía que ser una broma. Se estaba quedando conmigo. A ver, tanto ver porno, crees que las trans solo existen en internet. No te imaginas encontrarte a una tranquilamente en la vida real. Ella vio claramente cómo mi mente desconectó.

—A ver tío, reacciona. ¿Eres tan tímido siempre o que? Veo que te cuesta seguirme el ritmo, pero no te preocupes, estoy acostumbrada. Imagino que tu cabeza se estará preguntando muchas cosas. Hablemos con franqueza. Sí, tengo polla, como tú supongo. Y me la casco tanto como tu. Me gustan las mujeres generalmente, pero siempre hay excepciones. Pero dime, lo primero cómo te llamas, y lo segundo, si te pongo cachondo.

Desde luego no se andaba con rodeos. Tenía que espabilar un poco o parecería un cretino.

—Perdona, soy David. Y la verdad, es que… —la observé mejor ahora que la tenía mas cerca—. No voy a mentir, estas muy buena.

—Eso está mejor. ¿Ves? Hablando abiertamente es todo mucho mas fácil. Ahora ya nos conocemos un poco mejor. Por cierto, a mi también me pareces atractivo. De hecho, las tres coincidimos en eso.

—¿En serio?

—De hecho, Nati fue la primera que te echó el ojo. Ella era la que insistía en quedar aquí, pero es algo tímida para decirte nada. Aunque tendrías que oír las cosas tan obscenas que querría hacer contigo. —y entonces soltó una risita—. Sabes, creo que haríais buena pareja.

—Vaya...

—Sí. Pero volvamos a la cuestión. Cuando ella me dijo que no dejabas de mirarme, el hecho es que me puse un poco cachonda. Y como comprenderás, no me conviene dada mi situación. Voy a ir al grano. Vives por aquí cerca ¿verdad? ¿Te parece si me invitas a tu casa y charlamos mas relajadamente?

—Desde luego no te cortas —le dije—.

Hice como que me lo pensaba un poco, pero de hecho, yo también me estaba poniendo caliente con la situación, y desde luego tenía mucha curiosidad por saber hacia donde iba todo esto.

—De acuerdo —dije—. Vivo aquí cerca sí, espero que te guste la cerveza o el whisky. No tengo otra cosa.